Olvidamos cómo respirar
La respiración natural, cuando estamos relajados, es inconsciente, armónica, lenta y profunda. Sin embargo, cuando estamos estresados, alerta o incómodos nuestra respiración se vuelve caótica y acelerada.
¿A qué se debe? Te preguntarás…
Pues a que ante un desafío de cualquier tipo nuestro cuerpo reacciona preparándose para la acción, aumentando la frecuencia cardíaca y respiratoria para alimentar el cuerpo con ese oxígeno fundamental para afrontar ese desafío. En nuestra vida de superficie nuestro cuerpo vive en constante activación, por estrés y preocupaciones y eso nos deja atrapados en hábitos de respiración no saludables.
La preocupación, el estrés, modifica nuestro ritmo o patrón de respiración pero la buena noticia es que es un mecanismo de dos direcciones: aprendiendo hábitos de respiración saludables aliviamos el estrés. Esto se debe al potente vínculo entre la respiración y la emoción.
El buceo nos recuerda cómo respirar.
Cuando comenzamos a bucear, casi sin darnos cuenta, descubrimos la importancia del control de nuestra respiración: Nuestros cuerpos se mueven hacia arriba y hacia abajo con nuestra respiración consciente; con nuestra respiración modificamos nuestra hidrodinámica y nuestra postura.
Si respiramos corto y rápido o nadamos demasiado deprisa comenzamos a sentirnos estresados: si nos estresamos o nos agobiamos entonces consumimos más aire. Por eso, saber cómo respirar en el buceo es fundamental
Aprovechar más el aire mientras se bucea.
¿Cómo aprovechar más el aire bajo el agua? Principalmente inspirando de forma lenta y profunda y exhalando, dejando salir el aire, lentamente contando varios segundos. Dejando salir, es decir, sin forzar ni soplar.
Pero no solo eso, la clave está en no dejar de respirar. No debes pensar en “ahorrar aire” sino en llevar un ritmo. Lo que sí “ahorra” es que tu respiración sea ritmica, calmada y constante. Con ello, sobre todo, evitas accidentes.
Algo de lo que estoy segura de que no te habías dado cuenta es de que la profundidad y el ritmo respiratorio son inversamente proporcionales: Es decir, a mayor profundidad menor será tu ritmo respiratorio: si buceas a 20 metros respirarás 10-12 respiraciones por minuto y si lo haces a 40 metros, se convertiría a 6 respiraciones por minuto. Sea el ritmo que sea, ¡mantenlo!
La clave del buceo es conseguir que la respiración sea algo natural, que ni te ocupe ni te preocupe, para que todo se centre en disfrutar de la experiencia de buceo y de las maravillas que bajo la superficie te esperan. Con ese fin, con el de disfrutar más y mejor del buceo nació “Buceo sin estrés” , de la mano de Paloma Hornos. A través de los programas de formación de Buceo sin estrés puedes mejorar no solo la forma en la que tomas decisiones durante una inmersión y cómo la vives, sino también te ayudará a gestionar mejor los problemas y manejar el estrés de cada día.
Además de mejorar tu técnica no olvides adquirir herramientas para manejar el estrés, mantener a raya la ansiedad y reconocer, aceptar y sobre todo superar tus miedos durante tus inmersiones.
Y tú.. ¿Eres consciente del ritmo de tu respiración durante tus inmersiones?
Fuente: BuceApp